• 28 noviembre, 2016

RetoPelayoVida Crónica día 12 en el Atlántico

RetoPelayoVida Crónica día 12 en el Atlántico

RetoPelayoVida Crónica día 12 en el Atlántico 640 427 Vencer el Cáncer
  • Día 12 en el Atlántico
  • Latitud: 16º 20′ N Longitud 56º 31′ O
  • Rumbo: 270º
  • Velocidad: 12 nudos
  • Viento: 23 nudos
  • Distancia: 272 millas naúticas

Las cinco mujeres están a punto de culminar el Reto. Llegarán a isla Martinica o mañana por la tarde o el miércoles 30 de noviembre a primera hora. Todo apunta a que rebajarán el tiempo de viaje que se habían propuesto.

El fin de semana ha sido tranquilo en el velero, el problema ha sido la ausencia de viento, comenta a EfeSalud el organizador de este Reto Pelayo Vida, Eric Frattini, en una conversación que se corta por momentos, pero con una voz que se escucha limpia, próxima, mucho más cerca que la distancia que nos separa.

¿Y cómo están las chicas ya tan próximas a su objetivo? Pues genial de ánimos, ilusionadas, fuertes, valientes, pero con un poco de tristeza, confiesa Eric, porque son conscientes de que esta maravillosa aventura, ya en su día 12 a pleno pulmón por el Atlántico, toca a su fin.

Mañana se divisará el volcán más alto de la isla, y la llegada será mañana mismo por la tarde o a primera hora del miércoles. El final del reto es inminente.

Ya han empezado a firmarse las camisetas, dice Frattini, mientras el Cannonball navega firme hacia su objetivo y su destino. Y han empezado las apuestas para saber cuando llegarán exactamente.

Una aventura ejemplo de superación, tenacidad y determinación en la lucha contra una enfermedad que va camino de convertirse en crónica y quedar muy alejada de la palabra muerte. Sin miedo y con todos los motivos y razones para la esperanza.

Si el año pasado, cinco mujeres alcanzaron la cima del Kilimanjaro para alzar su voz y decir no a esta patología con la fuerza de sus acciones, este año, en solo unas horas, otras cinco habrán cruzado el Océano Atlántico para hacer lo mismo: mostrar al ser humano que la derrota solo está en nuestra cabeza, jamás en nuestros actos.