Con el éxito de la II edición de Sepúlveda contra el Cáncer, la localidad segoviana se convierte en pionera en España en la lucha para impulsar la investigación oncológica.
Por segundo año consecutiva, la localidad segoviana se convirtió en el epicentro nacional de la lucha de la sociedad española para Vencer el Cáncer. Con la segunda edición de «Sepúlveda contra el Cáncer», se confirma que la unión de todos puede contribuir a impulsar la investigación oncológica.
Durante todo el sábado 7 de junio, esta villa medieval enclavada junto al Valle de los ríos Castilla y Duratón, acogió un buen número de actividades -deportivas, culturales, gastronómicas…- cuya recaudación se destina a financiar proyectos de investigación anticancerígenos en España.
Y, como muestra del éxito de la iniciativa, alguna de estas actividades duplicaron en número de asistentes con respecto al año pasado: así ocurrió con la II Marcha Cicloturista Vencer el Cáncer – Rimo Ciclo, en la que los entusiastas participantes recorrieron 100 km. pedaleando por una buena causa. Organizada en colaboración con Rimo – Ciclo, esta actividad deportiva – que también tuvo su versión «light», de 6 km., para los más pequeños-, aspira a convertirse en una cita obligada para los amantes de la bici.
También ocurrió lo mismo con el taller infantil de reciclaje, en el que a lo largo de toda la mañana los más pequeños aprendieron a separar residuos, a reutilizar materiales, dibujaron, se divirtieron y, sobre todo, aprendieron a cuidar el medio que les rodea. Impartido por la Asociación Vertidos Cero, este taller culminó más tarde de lo previsto para atender a todos los niños que querían participar.
La carpa de masajes, instalada en la plaza de España, también gozó de la aprobación de vecinos y visitantes, que no dudaron en dejar que durante 20 minutos los fisioterapeutas de Moss Salud les dieran un reparador masaje para aliviar dolores y relajar músculos. Empezando por los mayores de la localidad, que fueron de los primeros en acudir, hasta bien avanzada la hora de comer se hacía cola para mimar un poco el cuerpo.
Además, quienes se acercaron a Sepúlveda también tuvieron la ocasión de participar en las dos rutas geo-turísticas, guiadas por geólogos de la Asociación de geólogos de Segovia, que recorrieron los valles del Caslilla y del Duratón para explicar detalles de la naturaleza de la zona.
Degustaciones gastronómicas -con el cordero como protagonista indiscutible, pero no único-, compras en los establecimientos locales, visitas teatralizadas para conocer un poco más la fascinante historia de esta villa medieval, paseos en piragua por las Hoces del Duratón… fueron algunas de las opciones de las que pudieron disfrutar los participantes -y retratar, para participar en el certamen de fotografía que ya empieza a recibir sus primeras instantáneas y que sigue abierto hasta el 15 de junio.
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«Estamos realmente muy satisfechos por cómo ha vuelto a responder Sepúlveda, por la implicación de los vecinos que han querido ayudarnos como voluntarios y participar en las actividades y por los visitantes que han acudido para disfrutar de esta solidaria localidad, de su hospitalidad, de sus riquezas pero, también, para ayudar a Vencer el Cáncer«, aseguraba Esteban Varadé, director ejecutivo de la Fundación Vencer el Cáncer, al término de la jornada.
Esa implicación de los sepulvedanos ha sido una de las claves del éxito de una iniciativa que empieza ya a preparar su tercera edición. La ciudad se volcó, encabezada por la labor de los entusiastas voluntarios que no dudaron en ayudar en el recorrido de la cicloturista, en poner vallas en la plaza, en explicar la labor de la Fundación en sus stand situado en la plaza, etc. y seguida por los establecimientos colaboradores, quienes se esforzaron por hacer ofertas para mostrar a los visitantes su compromiso con la investigación oncológica. «Desde el primer momento hemos querido mostrar nuestro apoyo a esta iniciativa para hacer frente a una enfermedad que pueda afectarnos a todos«, aseguraba el alcalde de la localidad, Francisco Notario.
Y, una vez más, se trató de un «evento verde» en el que todos los residuos generados fueron cuidadosamente recogidos y separados para minimizar el impacto ambiental. En la marcha cicloturista, por ejemplo, se recogieron todos los restos para evitar dejar huella en la naturaleza. Los 8,79 kilos de residuos orgánicos, y los 4,20 de residuos de otro tipo fueron recogidos, separados, embolsados y depositados en contenedores separados gracias a la participación de la Asociación Vertidos Cero.
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